Los datos son de Fedea, la Fundación de Estudios de Economía Aplicada luego del análisis sobre los Presupuestos de 2023, que compara con las principales cifras de 2018, antes del inicio de la pandemia
Así, Ángel de la Fuente, director de Fedea, afirma que el incremento previsto del gasto real fue 6,6 veces mayor que el del PIB, y el "tipo marginal de gravamen" sobre el incremento de la renta real fue superior al 500%.
Como resultado, el peso del gasto público en el PIB aumentó en casi 6 puntos y el de los ingresos públicos en más de 4 en cinco años. También aumentó el déficit esperado de la Administración Central consolidada, en torno a 1,25 puntos de PIB, hasta acercarse al 4%.
Traducido: la población paga más impuestos, la administración nacional sigue teniendo déficit, aumenta la deuda y con todo eso el crecimiento económico es escuálido.
"Las cifras son ciertamente llamativas y apuntan a un patrón claramente insostenible en el tiempo, aunque quizás comprensible en un período tan turbulento como el de los últimos años, marcados por la pandemia de Covid, la guerra de Ucrania y la necesidad de hacer frente a ambas crisis y paliar sus consecuencias económicas y sociales", ha advertido De la Fuente.
Por ello, propone que una vez que se recupere una "cierta normalidad", la propensión marginal al gasto público y la presión fiscal marginal deben volver a valores "más razonables", así como a una política fiscal "más prudente" en los próximos años, que ponga mayor énfasis en la contención del crecimiento del gasto y la reducción del déficit para asegurar la sostenibilidad de las cuentas públicas.
El análisis de De la Fuente se detiene en el gasto en pensiones y la financiación autonómica. La primera partida ha crecido a un ritmo medio anual de cuatro décimas de PIB durante el último lustro, pese a que todavía no ha comenzado la jubilación de los 'baby boomers', y la segunda se lleva cada año dos décimas más de PIB en promedio.
Ambas partidas, añade Fedea, registran crecimientos "excepcionales" en 2023, que se sitúan en torno a un punto de PIB. En el caso de las pensiones esto se debe a su revalorización con un IPC que crece a un ritmo muy superior al del deflactor del PIB, y en el de la financiación autonómica podría ser en parte "un accidente" que reflejaría la corrección al alza de las previsiones de la participación de las CCAA en los tributos compartidos por el Estado tras el "fuerte e inesperado" tirón de la recaudación tributaria en 2022.