La transición a la economía circular será más fácil con empresas orientadas hacia la sostenibilidad y la innovación

(Christoph P. Kiefer, Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC); Javier Carrillo Hermosilla, Universidad de Alcalá y Pablo del Río González, Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC)) La sostenibilidad no es una palabra de moda sino una necesidad real. Nuestro actual sistema económico, basado en un planteamiento lineal de extracción de recursos naturales para ser utilizados en procesos productivos y luego eliminados como residuos está demostrando ser insostenible.

Los recursos naturales finitos de nuestro planeta no pueden soportar este modelo indefinidamente. Esto ha llevado a un consenso cada vez mayor sobre la necesidad de pasar a una economía circular.

Pero ¿qué significa esto y cómo podemos conseguirlo?

Comprender la economía circular (y la transición hacia ella)

La economía circular tiene como objetivo mantener en uso tanto los recursos naturales como los productos que se fabrican con ellos durante el mayor tiempo posible. Cuando un producto llega al final de su vida útil se repara, recicla o se recuperan sus materiales o componentes para usos posteriores. En términos sencillos, se trata de crear un sistema de círculos cerrados, eliminando así, por un lado, todo tipo de desechos y por otro, la necesidad de extraer nuevamente recursos naturales.

Uno de los elementos clave de la transición hacia la economía circular es la ecoinnovación. Es decir, aquellas innovaciones que reducen el impacto ambiental, ya sea mejorando los procesos de producción, creando productos sostenibles o potenciando pautas de consumo circulares.

La ecoinnovación es el mecanismo central de cambio de una economía lineal a una circular. Por ello, es crucial comprender qué impulsa o dificulta a las empresas la adopción de ecoinnovaciones, especialmente a las pequeñas y medianas empresas (pymes), ya que representan el 99 % de todas las empresas de la Unión Europea. Sin las pymes no hay transición ecológica.

Desarrollar ecoinnovaciones es intensivo en recursos empresariales (financieros, de recursos humanos, logísticos, etcétera). Dado su tamaño reducido, las pymes tienen menos de estos recursos disponibles, lo cual es una desventaja. Pero, por otro lado, también tienen una ventaja: al ser más pequeñas, están más arraigadas en su entorno concreto, pueden estar más dispuestas a solucionar problemas ecológicos cercanos y pueden tener una cultura empresarial más estrecha y más favorable ante el cambio.

La importancia de la cultura empresarial para la transición

En un estudio reciente hemos investigado la cultura empresarial en las pymes como determinante en la transición hacia la economía circular.

Los resultados muestran que aproximadamente la mitad de las pymes españolas del sector industria han desarrollado ecoinnovaciones de distintos tipos (desde procesos de mejora continua hasta el desarrollo de tecnologías radicalmente nuevas) que contribuyen a la economía circular en diferentes niveles, ya sea dentro de la empresa, entre un grupo de empresas o a nivel de toda la economía.

Los resultados también indican que la cultura empresarial tiene un efecto potenciador significativo. En primer lugar, las pymes con culturas empresariales más enfocadas en la sostenibilidad logran que sus ecoinnovaciones sean más eficaces a la hora de contribuir a una economía circular nacional o internacional.

Parece que la orientación hacia la sostenibilidad capacita para llegar más allá de los límites tradicionales de la empresa y el entorno cercano (por ejemplo, cooperaciones en cadenas de suministro). Estas pymes logran que el impacto de sus ecoinnovaciones en la economía circular se vea aumentado en comparación con otras empresas.

El mismo efecto positivo se observa en las pymes con culturas empresariales orientadas al aprendizaje, que propician espacio (y financiación) para la formación y la experimentación. En ambos casos, la cultura empresarial proporciona una ventaja competitiva considerable a las empresas.

Por el contrario, en el caso de las pymes con culturas empresariales orientadas al largo plazo o las muy receptivas a las presiones y demandas de agentes externos (los stakeholders), las ecoinnovaciones no aportan ninguna ventaja competitiva en la transición hacia la economía circular pero tampoco son un obstáculo, ya que su papel es neutro.

Los beneficios de la economía circular para las pymes

Las pymes que desarrollan ecoinnovaciones novedosas y rompedoras tienen un éxito considerable tanto económico como ecológico (reduciendo su huella ambiental) en la nueva economía (más) circular. Pero las pymes también pueden conseguir beneficios económicos y ecológicos con ecoinnovaciones más progresivas. Por ejemplo, la mejora continua o la ecoeficiencia de sus procesos productivos aunque, lógicamente, los beneficios son menores.

También en estos casos, la cultura empresarial orientada hacia la sostenibilidad o el aprendizaje son importantes facilitadores. Es decir, la cultura empresarial es una palanca clave para la transición y puede ser una gran ventaja para las pymes.

En consecuencia, este estudio permite cuestionar la percepción común de que para las pymes es una tarea casi imposible abordar cuestiones de sostenibilidad o de circularidad, o dedicarse a la ecoinnovación, debido a sus limitados recursos empresariales. Las pymes sí pueden ecoinnovar y contribuir a la economía circular de manera exitosa.

Eso sí, contar con la cultura empresarial adecuada es un facilitador considerable.

Implicaciones para la política y la estrategia empresarial

Si los responsables políticos tienen como objetivo mejorar la circularidad de la economía, este estudio proporciona una orientación clara: las políticas y medidas deben dirigirse a incentivar la actividad ecoinnovadora en las empresas, especialmente en las pymes.

Para los gestores de las pymes también hay un mensaje claro: las ecoinnovaciones mejoran tanto la sostenibilidad como los beneficios económicos. Por lo tanto, son un mecanismo muy importante de transición hacia la economía circular. Para ello, se pueden seguir diferentes estrategias de ecoinnovación.

Para las empresas principiantes en sostenibilidad es prometedor centrarse en la innovación incremental, al tiempo que se establece o fomenta una cultura empresarial orientada a la sostenibilidad y el aprendizaje.

En el caso de las empresas más avanzadas, resulta prometedor centrarse en tipos de ecoinnovación más radicales, que generen cambios significativos y supongan un importante salto hacia adelante en la transición hacia la economía circular.

Transformar la cultura empresarial

La transición hacia una economía (más) circular no consiste solo en hacer cambios tecnológicos. Hay que transformar también las culturas y las estrategias empresariales. Al centrarse en la sostenibilidad y fomentar un entorno orientado al aprendizaje, las empresas pueden desempeñar un papel fundamental en la creación de un futuro sostenible.

A medida que avancemos en la transición ecológica, estos conocimientos serán cruciales para configurar políticas y prácticas empresariales eficaces que apoyen una economía sostenible y circular para las generaciones futuras.

Christoph P. Kiefer, Científico, Transición Energética, Innovación Sostenible y Economía Circular, Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC); Javier Carrillo Hermosilla, Catedrático de Universidad, Economía y Dirección de Empresas, Universidad de Alcalá y Pablo del Río González, Investigador, Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC)

Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation. Lea el original.

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