Según datos del último TRENDLAB de Youniversal, consultora de investigación y tendencias, el 72% de los consumidores de la región reconoce que la IA impactará su vida en los próximos años y el 53% se siente preocupado o confundido frente a este impacto. Un poco en broma y un poco en serio, en los grupos y entrevistas la gente expresa pedirle a la AI las cosas con un “por favor y gracias”, en parte porque es una costumbre de interfaz con otros y en parte para “estar en buenos términos” con la AI, en caso de que a futuro “nos domine”. Como siempre, detrás de un chiste, puede haber una verdad o un temor.
Al hablar con los consumidores respecto de cuáles son los impactos que imaginan, el primer temor es más “egoísta” y tiene que ver con el miedo a ser reemplazados o a tener peores condiciones de trabajo (72%). En bastante menor medida, un 36% tema a la manipulación de información (deepfakes, noticias falsas) y la pérdida del control humano sobre decisiones clave. Por último y en menor medida aún, aparece una preocupación ética creciente sobre el sesgo algorítmico y el uso de datos personales sin consentimiento, con un 22%. En este último punto, los temores tienen que ver con la pérdida de autonomía en el sentido de que deepfakes hasta IA replican prejuicios sociales, y entonces el temor no es sólo a lo que la IA hace, sino a quién la programa… y con qué fines.
También se reconoce que no todos tienen el mismo nivel de conectividad, dispositivos, alfabetización digital o conocimientos técnicos, por lo que la AI corre el riesgo de reforzar la brecha entre quienes pueden aprovecharla y quienes quedan afuera, una situación crítica para América Latina y sus brechas estructurales.
Como compensación de esos temores y factores estructurales, lo que más rescatan los consumidores de LATAM en relación con la AI es su poder de diagnóstico en medicina y su poder de ser un copiloto inteligente trabajando en conjunto con humanos para aportar eficiencia, poder de sacar patrones y rapidez a procesos, pero sumando a la calidez, empatía y trato humano, factores en los que por el momento, consideran que las personas superamos a las máquinas.
Aunque surgen capacitaciones para aprender a “promptear”, la percepción general es que la IA ya forma parte del presente y lo estará aún más. En Latinoamérica, su adopción crece sobre todo en entornos lúdicos y creativos, y también como asistente en la vida diaria: desde planificar un viaje hasta cocinar con lo que hay en la heladera. Al consumir, muchos la usan para comparar productos caros como autos o celulares, o interactúan con bots de marcas, aunque menos del 50% siente que estos resuelven bien sus consultas. También se está usando para hacer traducciones automáticas
La IA gana popularidad entre jóvenes de 15 a 30 años, nativos digitales que experimentan con filtros, generadores de contenido y herramientas visuales. Es común en plataformas como TikTok, Instagram o Reddit, donde se integra en challenges y narrativas hiperpersonalizadas. También la adoptan creadores, influencers y diseñadores para producir contenido o agilizar procesos creativos. En contraste, su uso es menor entre mujeres, personas mayores y sectores con baja conectividad, marcando una brecha digital generacional y de género.
América Latina no solo consume IA, también la crea, la adapta y la reinventa con identidad propia. Con talento técnico y creativo, la región tiene el potencial de exportar soluciones inclusivas y culturalmente relevantes. Pero para lograrlo, no debe pensarse únicamente como algo que llega a la región, sino como una oportunidad para exportar soluciones con mirada latinoamericana: ética, creativa y sensible a nuestras particularidades culturales.
“Entender los temores y contradicciones que una nueva tecnología despierta es la condición para que pueda avanzar de forma inclusiva, sustentable y humanamente relevante. En una región que combina talento, desigualdad y resiliencia, construir una relación justa con la inteligencia artificial será uno de los mayores desafíos y oportunidades”, expresa Ximena Díaz Alarcón, Co-Fundadora & CEO de Youniversal y concluye: “Para las marcas, la IA representa un doble desafío: comunicar su uso de forma ética y accesible, y aprovechar su potencial para crear experiencias personalizadas e inclusivas, cerrando brechas digitales en la región”.