Silicon Box, con sede en Singapur y valorada en unos 1.000 millones de dólares (915 millones de euros), planea producir 'chiplets', esto es semiconductores para mejorar el rendimiento de procesadores mediante la unión de varios componentes de menor tamaño frente a la técnica tradicional de imprimir directamente los circuitos sobre una única placa de silicio.
El objetivo sería comercializarlos para dar soporte a proyectos de inteligencia artificial, vehículos eléctricos o computación de alto rendimiento.
Se espera que la planta cree 1.600 empleos una vez esté plenamente operativa y que genere miles de puestos de trabajo indirectos en suministro y logística, según han informado este lunes el Gobierno italiano y responsables de la empresa.
El Ejecutivo de la primera ministra Georgia Meloni concederá las subvenciones pertinentes a Silicon Box, según funcionarios italianos consultados por 'Financial Times'. No obstante, no ha trascendido el importe que podrían alcanzar, dado que deben ser aprobadas por la Unión Europea antes de que se pueda seguir adelante.
El ministro de Industria, Adolfo Urso, ha manifestado que Roma ha enviado en los últimos meses un grupo de trabajo por todo el mundo con el objetivo de atraer inversiones tecnológicas al país transalpino. En este sentido, ha confiado en que la inversión de Silicon Box "actúe como catalizador de nuevas inversiones e innovaciones en Italia".
"Las recientes convulsiones mundiales ponen de relieve la necesidad de construir una cadena de suministro de semiconductores más resistente en Europa", ha explicado Urso este lunes, que ha añadido que los chips están "en el centro de las prioridades estratégicas [del Gobierno italiano]".