"Para el BCE, la prioridad inmediata y principal es devolver la inflación a nuestro objetivo a medio plazo del 2% a su debido tiempo", ha afirmado Lagarde en un acto este miércoles para celebrar el vigésimo quinto aniversario de la fundación del BCE. "Y lo haremos", ha espetado.
No obstante, la presidenta ha advertido de los desafíos geopolíticos, digitales y climáticos que deben ser abordados para que el BCE "pueda seguir aportando estabilidad en un mundo que es de todo menos estable".
Además, la exministra de Economía francesa ha celebrado la existencia del euro como moneda común por ser "un pilar para una paz duradera" en el continente que ha proporcionado "estabilidad, soberanía y solidaridad".
Lagarde ha destacado que, de no existir el euro, las depreciaciones de algunas de las divisas europeas podrían haber sido "un 14% más profundas durante la crisis financiera global y hasta un 10% más durante la pandemia".
También ha manifestado que la existencia del BCE preservó la soberanía de los miembros de la eurozona una vez que la Reserva Federal (Fed) de Estados Unidos comenzó un ciclo de endurecimiento monetario en 2013, cuando la zona euro aún estaba convaleciente por la crisis de deuda soberana. "Nuestra independencia para dictar políticas nos permitió trazar nuestro propio rumbo e inició una recuperación que duró 26 trimestres consecutivos", ha reseñado Lagarde.
Por otro lado, la presidenta del BCE ha asegurado que el euro es también un "símbolo de unidad en tiempos increíblemente duros", algo que, ha afirmado, demuestra el hecho de que más países continúan incorporándose a la eurozona. Igualmente, Lagarde ha mencionado que cerca del 80% de los ciudadanos respaldan la moneda común.