En meses como julio y agosto, donde se alcanzan temperaturas de alrededor de 40 grados en algunas zonas de España, se suele pensar que las instalaciones fotovoltaicas pueden aprovechar estas condiciones para generar más electricidad. Pero, esto no necesariamente es cierto, resulta que la temperatura del ambiente tiene un efecto en la eficiencia de la energía que se genera. Si hacemos una diferenciación entre la luz, encargada de generar la energía, y la temperatura, se puede decir que llegar a un número de grados extremadamente altos altera el rendimiento de las placas solares.
Las placas solares según la temperatura
Teniendo en cuenta el funcionamiento de la energía fotovoltaica, la corriente eléctrica se genera cuando los rayos solares chocan contra las placas compuestas por materiales semiconductores para transformarlos en energía. En casos extremos, cuando las olas de calor llegan en agosto, estos electrones ya se encuentran en estado de alta energía, por lo tanto, la placa solar necesita de más energía externa para generar corriente eléctrica.
Como normal general, la temperatura idónea a la que las placas solares alcanzan el 100% de su rendimiento, se sitúa entre los 20 y 25 grados. Sin embargo, una vez que se alcanzan más de 35 grados su eficiencia puede disminuir entre un 15 y 20%.
Por lo tanto, aunque se considere el verano como la estación en la que las placas solares pueden alcanzar su potencia pico o máxima producción de energía, los días soleados durante el otoño e invierno son más beneficiosos para la producción de energía.
Cómo conservar producción de energía solar eficiente con altas temperaturas
Aun así, existen ciertas medidas que hacen que la pérdida de energía por el calor se pueda amortiguar. Por ejemplo, el espacio que se deja entre el panel y la superficie puede afectar la variación del nivel de ventilación y la absorción del calor. También, existen láminas de distribución de la temperatura sobre el panel o paneles de refrigeración que aumentan la eficiencia a pesar del calor.
Además, en España contamos con una ventaja que otros países no tienen. Los meses donde encontramos las temperaturas más extremas, siguen siendo los mismos en los que podemos recibir hasta 14 horas de luz solar. Por lo tanto, el hecho de que se reduzca la capacidad de absorción de las placas solares por dichas temperaturas queda compensado con la cantidad de luz solar que recibimos, lo que crea un equilibrio que hace de nuestro país una ubicación con gran potencial para el sector de la generación de energía fotovoltaica.