No obstante, hay excepciones que desafían esta tendencia, como las sólidas asociaciones entre Leo Messi y Adidas, así como la duradera unión entre Michael Jordan y Nike.
Messi, la estrella argentina, se unió a Adidas en 2007, apenas cuatro años después de su debut en el FC Barcelona, recibiendo alrededor de 25 millones de dólares anuales por patrocinio. Desde 2017, tiene un contrato de por vida con la marca.
Por otro lado, la relación de Cristiano Ronaldo con Nike comenzó en 2003, coincidiendo con su llegada al Manchester United FC. Su contrato más reciente, entre 2016 y 2026, se estima que le genere ganancias por un total de 162 millones de euros.
Sin embargo, la alianza más destacada es la de Nike con Michael Jordan. En 1984, la compañía lo eligió, dando inicio a una historia legendaria que resultó en la famosa línea de zapatillas Air Jordan.
Otros ejemplos de colaboraciones a largo plazo incluyen a Michael Phelps con Speedo desde 2001, recibiendo alrededor de un millón de dólares por medalla olímpica, y Kelly Slater, quien mantuvo una asociación de 23 años con Quiksilver.
En el mundo del baloncesto, la conexión entre Shaquille O’Neal y Reebok se remonta a 1992. Recientemente, O'Neal se convirtió en el primer presidente de baloncesto de la marca después de la adquisición de Reebok por Authentic Brands Group en 2022.
Otra asociación comercial de larga data es la que tiene el exatleta Usain Bolt con Puma. Su unión comenzó cuando el velocista jamaicano tenía tan solo 16 años. En 2021, Bolt fortaleció aún más esta relación al firmar un contrato de patrocinio vitalicio con Puma, convirtiéndose así en el primer atleta de pista y campo en lograr esta distinción.
Finalmente, Roger Federer ha cultivado una próspera relación con Rolex desde 2006, generando aproximadamente 8 millones de dólares al año. Ambos se benefician mutuamente de su excelencia y prestigio a nivel mundial.