En Argentina, el euro se ha apreciado un 50,2% frente al peso argentino en el último año. A pesar de la elevada inflación local (39,4%), un turista español puede comprar hoy un 7,7% más con un euro que hace un año. En comparación con gastar ese euro en España, el incremento de poder adquisitivo asciende al 10,2%.
En México, por su parte, la mejora relativa es del 9,5% frente a España, con una ganancia de poder adquisitivo interanual del 7,0%, gracias a la depreciación del peso y una inflación del 4,3%.
Entre los destinos más atractivos desde el punto de vista económico también destaca Indonesia, donde el euro ha ganado un 7,9% frente a la rupia, y la inflación apenas alcanza el 1,9%. Esto se traduce en un 6,0% más de poder adquisitivo que en España, y un 8,4% más de mejora relativa frente a nuestro país.
Otros países que también ofrecen ventajas este verano para el turista español son China, Estados Unidos y los Emiratos Árabes Unidos. En concreto, el turista español puede comprar un 4,5% más que hace un año y un 6,9% más que si se quedara en España en el caso de EEUU y EAU, y un 5,5% más que hace doce meses y un 8,0% más que en nuestro país si opta por viajar a China.
En el extremo contrario, destinos europeos como Reino Unido, Marruecos, Japón, Noruega, Croacia, Tailandia, Polonia, Egipto o Islandia presentan un efecto negativo en términos de poder adquisitivo. En Islandia, por ejemplo, el euro ha perdido terreno frente a la corona islandesa, y la inflación ha erosionado aún más el valor real del gasto: un euro compra un 8,8% menos que hace un año y un 6,7% menos que en España.
“Muchos viajeros no son conscientes de que el tipo de cambio y la inflación del país de destino pueden tener un impacto tan grande como el precio del vuelo o el hotel”, explica Luis Merino, director general de Ebury en España.
“Planificar con estos datos permite optimizar el presupuesto de viaje y elegir destinos donde el dinero cunde más sin renunciar a la experiencia. En un contexto de inflación moderada en España (2,3%), entender cómo se comportan otras economías y sus monedas puede marcar la diferencia entre unas vacaciones más o menos costosas”, concluye.