La denominada polipíldora incluye tres medicamentos clave recetados a pacientes que han sufrido un infarto de miocardio: aspirina, un inhibidor de la enzima convertidora de angiotensina (ECA) y una estatina
La incidencia de muerte cardiovascular disminuyó con este tratamiento un 33%, pasando de 71 pacientes en el grupo de tratamiento habitual a 48 en el grupo de polipíldora según una investigación que incluyó a 2.499 pacientes de 7 países europeos (España, Italia, Alemania, República Checa, Francia, Polonia y Hungría) que habían sufrido un infarto de miocardio a los que se asignó de forma aleatoria a recibir un tratamiento estándar o la polipíldora del CNIC. La edad promedio de los participantes fue de 76 años y el 31% eran mujeres. Un 77,9% tenía hipertensión, 57,4% diabetes y el 51,3% antecedentes de tabaquismo.
El objetivo primario del estudio incluyó eventos cardiovasculares mayores: muerte por causas cardiovasculares, infarto de miocardio no mortal, ictus o revascularización urgente. Los datos del estudio presentan una disminución del riesgo acumulado de presentar estos cuatro eventos del 24% en pacientes que recibieron la polipíldora frente a los que continuaron tomando el tratamiento por separado de forma habitual.
Además, los pacientes del grupo de la polipíldora presentaban niveles más altos de adherencia en comparación con los del grupo de atención habitual, confirmando así los hallazgos obtenidos en el estudio FOCUS2, también financiado por la U.E.
“La adherencia al tratamiento después de un infarto agudo de miocardio es esencial para una prevención secundaria eficaz. La polipíldora, por ser una estrategia muy sencilla que aúna tres de los tratamientos basales en este tipo de pacientes, ha demostrado su valor ya que el aumento de la adherencia implica que los pacientes están siendo mejor tratados y, gracias a ello, tienen un menor riesgo de sufrir eventos cardiovasculares”, añade el Dr. José María Castellano, director científico de la Fundación de Investigación HM Hospitales y primer autor de la publicación.
Según Oscar Pérez, Chief Marketing, Market Access and Business Development Officer de Ferrer, “la reducción de la mortalidad cardiovascular en un 33% demuestra la eficacia del tratamiento con Trinomia3 frente al tratamiento habitual. Estos resultados ratifican nuestro propósito de generar un impacto positivo en la sociedad y suponen un paso importante en nuestra misión de aportar valor significativo y diferencial a las personas que sufren dolencias graves”.