El gasto de los españoles en el sector del foodservice –que abarca bares, restaurantes, establecimientos de comida rápida y otros canales menores como el vending o las cantinas de empresa- sumó en julio € 3.770 millones, lo que representa un aumento cercano al 2% respecto al mismo mes de 2019.
Se trata del primer mes desde la irrupción de la COVID-19 en el que el gasto total sobrepasa los niveles prepandemia, según la empresa de investigación de mercados The NPD Group.
Pero… ya lo sabes: este hito no se basa tanto en la recuperación de la afluencia de visitas a los establecimientos de restauración, sino fundamentalmente por la subida de los precios al consumidor. De hecho, en julio se registró un total de 675 millones de visitas, un 19% más que el año pasado, pero todavía un 5% por debajo de las contabilizadas en julio de 2019.
La directora de Foodservice de NPD en España, Edurne Uranga, recuerda que el consumo out of home (fuera de casa) es un hábito muy arraigado en la cultura española, si bien resultó muy afectado por las severas limitaciones durante la pandemia. “Una vez que se fueron levantando las restricciones, hemos comprobado cómo las ganas de recuperar estas ocasiones de consumo han vencido a la creciente incertidumbre instalada en nuestro día a día (inflación, guerra, desempleo, etc.)”, subraya Uranga.
“Tras este verano dulce para la restauración, ¿qué podemos esperar en los próximos meses? Ahora el consumidor vuelve a la rutina y aterriza en una “vuelta al cole” más dura, con una cuesta de enero que muchos comentan ya adelantada a septiembre”, señala la directora de Foodservice de NPD en España.
La previsión de NPD es que en el último trimestre del año el efecto trade down (mantener las ocasiones de consumo buscando opciones más económicas), unido a la inflación, afecte a la recuperación respecto a 2019, reduciendo ligeramente la tendencia de recuperación y aumentando el diferencial entre valor y visitas.
En concreto, con base en la propia reacción del consumidor en crisis pasadas, se pueden esperar los siguientes movimientos en la recta final de año:
Mayor peso de las ocasiones sociales
En épocas de incertidumbre, el consumidor ajusta el gasto en restauración reduciendo las ocasiones funcionales (tomar algo al salir de compras; comer de táper en el entorno de trabajo o estudios en lugar de en el restaurante, etc.), mientras que las ocasiones más resilientes son aquellas sociales, con amigos y, especialmente, con familia.
“Esperamos que esta tendencia se acentúe, debido a un doble efecto: el teletrabajo, puesto que el consumidor buscará un mayor contacto social que supla la reducción o ausencia de esta socialización en la oficina; y la COVID-19, ya que el punto de partida es diferente a crisis previas y aún estamos tratando de recuperar el ritmo precrisis sanitaria”, explica Uranga.
Trading down
El trading down se puede manifestar con trasvase de consumos entre canales (por ejemplo, de restaurantes independientes de servicio completo a la carta a otros de ticket más bajo), con comandas más reducidas (disminuyendo o eliminando entrantes, postres o cafés) y con mayor impacto y atractivo de las promociones y menús cerrados.
“Adoptar las acciones adecuadas será clave para evitar el temido trade out -sustituir el gasto fuera del hogar por cocinar en casa-, un movimiento que provoca sobre todo la caída de los desayunos (algunos consumidores solo desayunan en casa y eliminan el segundo o tercer café que toman fuera), el descenso de las ocasiones informales (menos snacking al ir al cine/teatro/evento; menos aperitivo, etc.) o más táper en lugar de menú del mediodía. Esto se vio al final de la crisis anterior y supuso un gran freno y bache que salvar para la vuelta a la recuperación del consumo fuera del hogar”, indica la directora de Foodservice de NPD.