La presente edición de este informe ve la luz en un escenario de incertidumbre marcado por un proceso inflacionista que avanza desbocado, comprometiendo a unas economías domésticas que se han visto obligadas a reconfigurar sus cuentas, teniendo que destinar un porcentaje mucho mayor de sus ingresos al pago de la vivienda, a los suministros o al acceso a bienes y servicios de primera necesidad.
De hecho, y según un informe del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) presentado en 2022, el alza de los precios ha desencadenado "una crisis del coste de vida sin precedentes en la memoria reciente, que está teniendo un impacto devastador en los hogares más vulnerables”.
"El impacto en las tasas de pobreza está siendo drásticamente más rápido que el shock de la pandemia", según Achim Steiner, administrador de PNUD.