A estas alturas a nadie le es ajena la “devoción” de Pablo Iglesias por la comunicación. Cuando abandonó la vicepresidencia segunda del Gobierno dejó claras sus intenciones: seguir dando la batalla desde los medios. Algo que ha conseguido, en cierta manera, gracias a su participación en espacios como El ágora, de la SER, donde comparte mesa semanalmente con otros dos políticos retirados de la primera línea, Carmen Calvo y José Manuel García-Margallo.
Sin embargo, es en La Base, un pódcast que dirige y presenta en Público, desde donde dicta sentencia sobre qué es y qué no es periodismo. Desde su particular tribuna radiofónica se despacha a gusto cada semana, señalando a los periodistas que no comulgan con sus opiniones o que, simplemente, no le merecen respeto. Pues bien, todo este interés periodístico le llevó hace unos meses a plantearse ejercer como profesor.
Un objetivo al que finalmente ha tenido que renunciar, al menos a corto plazo. Iglesias, que se presentó a un examen para acceder al departamento de Periodismo y Nuevos Medios de la Universidad Complutense de Madrid, no ha logrado obtener plaza. El que fuera líder de Podemos obtuvo una nota de 4 sobre 10 en las pruebas, y por tanto no logró llegar al mínimo para ejercer como docente, quedando en quinto lugar.
La nota obtenida por Iglesias se divide en diferentes apartados. En experiencia profesional sumó 2,4 puntos sobre 6, mientras que en experiencia docente e investigadora solo 0,6 puntos sobre 3. Por último, en otros méritos, obtuvo 1 punto sobre 1. Unos resultados que arrojan un total de 4 insuficientes puntos para obtener la ansiada plaza como profesor de Periodismo.
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