Desde Roll’eat, empresa de diseño y producción de envoltorios sostenibles y reutilizables para alimentos dan algunos consejos para aprender a conservar los alimentos de manera efectiva con el objetivo de prolongar su vida útil y evitar su desperdicio.
Más de 1.050 millones de toneladas de alimentos a nivel mundial acabaron en los vertederos en el año 2022. Así lo desvela el Índice de Desperdicio de Alimentos 2024, del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA). Desde Roll’eat, empresa de diseño y producción de envoltorios sostenibles y reutilizables para alimentos alertan de que “el problema del desperdicio alimentario sigue agravándose, perjudicando a la economía mundial y contribuyendo a la generación de residuos”.
Meritxell Hernández, CEO y fundadora de Roll’eat, sugiere algunas prácticas para evitar el desperdicio alimentario. “El 60% del desperdicio alimentario mundial procede de los hogares. Se trata de una situación preocupante, pero reversible si ponemos consciencia. Es necesaria una mayor apuesta por la cultura del aprovechamiento de alimentos con acciones como planificar las compras y optar por técnicas de conservación adecuadas”, señala la experta.
¿Sabías que...? Algunos alimentos no deberían guardarse juntos
Desde los hogares se tiran un total de 631 millones de toneladas de alimentos anualmente a nivel mundial. Desde Roll’eat apuestan por el uso de envoltorios o envases con cierre por contacto, así como guardar las sobras en porciones individuales.
“Es necesario, además, conocer algunas propiedades clave de algunos alimentos para evitar que se acelere su descomposición”, aconseja Hernández. Y es que algunos alimentos contienen etileno, un gas que emiten algunas frutas y verduras a medida que van madurando y que puede estropear los alimentos que estén en contacto con estas.
Por ejemplo, alimentos que nunca debes guardar juntos son el tomate y la lechuga. “Puede resultar sorprendente pero, en una ensalada, no se deben guardar juntos estos dos alimentos, ya que el tomate es productor de etileno, mientras que la lechuga y otras verduras de hoja verde son sensibles al etileno, con lo que las hojas pueden empezar a decolorarse y volverse amargas”, explica la experta.
Así, es mucho más aconsejable guardar los tomates junto con otras frutas o verduras que produzcan etileno, como manzanas, aguacates, plátanos, melón, mango, pera, fresas, melocotones, o incluso patatas.
Algunos alimentos sensibles al etileno, por el contrario, son los espárragos, la zanahoria, la coliflor, el pepino o la cebolla.
"De igual manera, para mejorar la conservación de determinados alimentos y evitar la acumulación y uso de plásticos innecesarios, recomendados prácticas ‘Zero Waste’ como la compra de alimentos a granel y su posterior organización en envases reutilizables”, concluyen desde Roll’eat.