Por edades, destaca que son los más jóvenes quienes más se lanzan a este tipo de relaciones: un 22% de personas entre 18 y 24 años afirma haberlas experimentado; frente a un 17% de personas entre 25 y 34 años; un 14% entre 35 y 44 años, un 12% entre 45 y 55 años, y un 8% de personas mayores de 55 años. En cambio, los que estarían más interesados en experimentarlas son las personas que se encuentran en la franja de edad entre los 35 y los 44 años (un 23% de ellos).
En cuanto a tipo de relaciones no monógamas, la más conocida es la “swinger”, pero la más experimentada es la relación abierta, aunque los términos de cada una de éstas no están muy claros. Un 43% de personas españolas define correctamente una relación “swinger”; un 39% sabe definir una relación poliamorosa y tan solo un 34% define bien una relación abierta.
A la hora de entrar en la práctica, solo un 9% de españoles afirma haber practicado una relación abierta, aunque hasta un 13% estaría interesado en experimentarla; frente a un 5% que ha experimentado una relación “swinger” y un 14% que está interesado en ella. Para acabar, solo un 5% afirma haber practicado relaciones poliamorosas y un 10% está interesado en experimentarla.
Los principales motivos que aducen las personas que han experimentado relaciones no monógamas o que les gustaría hacerlo, son, por un lado, que pueden flexibilizar una relación sin romperla (35%); que quieren probar una práctica sexual que su pareja no quiere probar (32%); que les aumenta la autoestima (27%), o que ayuda a madurar y a superar los celos (23%), entre otras.