"Con esta política decidida, determinada, de entrada en este caso en Francia, tenemos un objetivo claro que es llegar a París, pero también con la intención de aprovechar todas las oportunidades que este cambio brinda", ha manifestado Blanco.
El directivo ha avanzado que la inauguración de estas líneas será "en breve, en pocas semanas", ya que solo están pendientes de los últimos detalles técnicos: "va a tardar muy poco", ha sentenciado al respecto.
Blanco ha apuntado a la liberalización como el principal reto actual para la compañía, y al que responderá con acciones para reforzarse tanto interna como externamente, manteniendo los niveles de calidad, puntualidad, de inversión (245 millones en los últimos cinco años), de capital humano (ya alcanza una plantilla de 16.000 personas con una edad media de 44 años, cinco por debajo de 2018) y de digitalización.
"Se trata de una liberalización en fase inicial muy competitiva, que está siendo buena para la economía y para los usuarios, pero que para la empresa incumbente (Renfe) supone un gran reto. El proceso es curioso, porque estamos compitiendo con monopolios públicos de países vecinos (SNCF y Trenitalia)", ha añadido.
Por ello, también tiene como objetivo ganar cuota de mercado a nivel internacional, para lo cual ya ha constituido su filial Renfe Proyectos Internacionales para consolidar los proyectos que ya tiene en marcha, como Leo Express en el centro y este de Europa, en Arabia con el proyecto Haramain (acumula ya más de 800.000 viajeros) y en Francia.
Limitación a los vuelos
Respecto a la convivencia entre el tren y el avión, el presidente de Renfe ha apostado por la intermodalidad entre ambos medios de transporte: "La combinación de los distintos modos con el avión, sobre todo nutriendo más rutas, se puede hacer sin llegar a conflicto".
En este sentido, ha citado algunas alianzas intermodales como la firmada con Iberia para nutrir conexiones de Renfe regionales con vuelos internacionales o con Costa Cruceros para hacer lo mismo pero en el ámbito marítimo.
En cualquier caso, Blanco ha matizado que en los países donde se han tomado medidas en este ámbito en los vuelos de corto radio, como en Francia, ha afectado solo a un 5% de los vuelos, que además ya no estaban en operación o estaban en decaimiento, por lo que cree que es más "una medida estética y con un impacto relativo".