El ChatGPT, lanzado al mercado en noviembre de 2022, ha causado sensación no solo por sus respuestas detalladas en una amplia gama de temas, sino también por su capacidad para usar una narrativa coherente similar a la que usan los humanos y criterio para rechazar solicitudes inapropiadas o cuestionar premisas incorrectas. Entrenado, refinado y mejorado por humanos a partir de billones de palabras extraídas de internet, utiliza sofisticados algoritmos informáticos para analizar una gran cantidad de palabras e hilvanar nuevas frases.
En 2023, las tendencias en IA apuntan a un desarrollo todavía importante de la IA generativa. El procesamiento del lenguaje natural ha experimentado ya un enorme salto y empuje gracias al ChatGPT. Más allá de su mejora continua -se espera un GPT-4 hasta 500 veces más grande-, el foco se pondrá también en la generación de modelos de lenguaje natural sumados a modelos de generación de vídeos o imágenes.
Otro aspecto importante del desarrollo de la IA de cara al 2023 será el trabajo en el desarrollo de una ética para la IA. En este sentido hay tendencias como el AI TRISM que respalda la gobernanza, la confianza, la equidad, la fiabilidad, la robustez, la eficacia y la protección de datos del modelo de IA. La combinación de varios métodos ayuda a explicar los resultados de la inteligencia artificial, gestionar activamente la seguridad de la IA y ofrecer controles para los problemas de privacidad y ética.
Por último, la consolidación de los humanos digitales como el interfaz ideal para interactuar con la IA con el fin de no perder el aspecto humano de la comunicación. Se trata de una tecnología dotada de capacidad de aprendizaje, movimiento y simulación de sentimientos. Entre otras funciones, los humanos digitales tienen incorporada la de reconocimiento de voz, así como funciones de reconocimiento facial para incorporar empatía, técnicas de comunicación no verbal y técnicas de inteligencia emocional. Los humanos digitales empezarán a poblar los sectores de salud, retail, banca y seguros y se estima que su mercado global alcance los 530.000 millones de dólares para 2030, según Emergen Research.
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