El origen del Black Friday
El término Black Friday tiene su origen en la década de 1960, en la ciudad estadounidense de Filadelfia. La policía local comenzó a usar esta expresión para describir el caos que se producía el día después de Acción de Gracias con las calles colapsadas, las tiendas llenas y un tráfico imposible. Los comerciantes, sin embargo, decidieron darle un giro positivo. Para ellos, aquel “viernes negro” era el momento en que sus cuentas pasaban de estar “en rojo” a “en negro”, gracias al aumento de las ventas.
Con el paso del tiempo, el Black Friday se consolidó como el inicio oficial de las compras navideñas en Estados Unidos. Grandes cadenas como Macy’s o Walmart comenzaron a lanzar descuentos agresivos que atraían multitudes a las tiendas desde la madrugada. Y con la llegada del comercio electrónico, el fenómeno dio un salto global.
En España, el Black Friday aterrizó de forma tímida hacia 2012, impulsado por gigantes del e-commerce como Amazon o Apple. Hoy en día, prácticamente todas las marcas participan y los consumidores esperan estas fechas para comprar artículos que llevan meses en su lista. Según datos de la Asociación Española de la Economía Digital (Adigital), más del 80% de los usuarios realiza alguna compra durante este periodo, especialmente en electrónica, moda y belleza.
Cómo detectar sitios web no seguros durante el Black Friday
El auge de las compras online también ha traído consigo un incremento de los fraudes. Durante el Black Friday, los ciberdelincuentes aprovechan el aumento del tráfico digital y la prisa de los compradores para lanzar páginas falsas o suplantar tiendas reconocidas. Saber identificar estas señales es clave para evitar caer en una estafa. Aquí tienes algunas recomendaciones:
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Verifica el dominio y la URL. Antes de introducir tus datos, revisa que la dirección web empiece por https:// y que junto al enlace aparezca el icono del candado. Si ves errores ortográficos en el nombre del dominio o direcciones extrañas, desconfía.
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Comprueba los métodos de pago. Una web segura debe ofrecer opciones de pago protegidas, como PayPal, tarjetas con autenticación o plataformas conocidas. Si solo permite transferencias bancarias o métodos poco habituales, es mejor salir sin completar la compra.
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Busca información de contacto real. Las tiendas siempre incluyen dirección física, teléfono o correo de atención al cliente. Si no encuentras estos datos o te redirigen a formularios genéricos, es una señal de alerta.
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Revisa las opiniones y la reputación online. Antes de comprar, busca el nombre de la tienda en Google junto a palabras como “opiniones”, “estafa” o “reseñas”. Si encuentras muchos comentarios negativos o falta de información, es mejor no arriesgarse.
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Fíjate en la política de devoluciones y envío. Las webs falsas suelen carecer de políticas claras o utilizan textos genéricos copiados de otras páginas. Un sitio serio especifica los plazos, las condiciones de reembolso y los costes de envío.
Consejos para aprovechar las mejores ofertas sin correr riesgos
Comprar con cabeza durante el Black Friday no solo implica evitar fraudes, sino también planificar y comparar precios con tiempo. En los últimos años, se ha demostrado que no todas las ofertas son reales. Algunas tiendas suben los precios días antes para aplicar después descuentos aparentes. Por eso, conviene seguir una estrategia clara para no dejarse llevar por la impulsividad.
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Haz una lista previa. Anota los productos que realmente necesitas o llevas tiempo queriendo comprar.
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Compara precios. Así sabrás si el descuento es real o solo una estrategia de marketing.
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Revisa las condiciones antes de pagar. Antes de finalizar la compra, asegúrate de que el precio final incluye impuestos y gastos de envío. Algunas webs los añaden en el último paso, haciendo que el “chollo” deje de serlo.
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Aprovecha los programas de fidelización. Muchas marcas ofrecen ventajas exclusivas a quienes están registrados: acceso anticipado a las ofertas, cupones extra o envíos gratuitos.
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Utiliza redes seguras y dispositivos personales. Evita hacer compras desde redes WiFi públicas o equipos compartidos. Estas conexiones pueden no ser seguras y exponer tus datos a terceros.
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Controla tus movimientos bancarios. Tras las compras, revisa los cargos de tu tarjeta o cuenta para detectar cualquier pago no autorizado. Si ves algo sospechoso, contacta de inmediato con tu entidad.
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Guarda comprobantes y correos electrónicos. Los justificantes de compra y las facturas electrónicas pueden ser muy útiles en caso de reclamación o devolución.
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