Cuando el afuera se pone complicado, lo mejor es que el adentro esté cohesionado. En esa lógica Peralt propone a las organizaciones definir ahora “un cuidado mutuo entre empresa y empleado como clave para afrontar el 2023”.
Ya lo hemos visto otras veces: cuando crecen las restricciones hay que lograr más con menos: “las organizaciones requieren de la mejor versión de sus empleados y para esto deben ser más efectivos que nunca”.
Y ahí aparece una concepto clave en el Método Fase que Peralt desarrolló y perfecciona en su trabajo cotidiano: la efectividad, lograr resultados con menos estrés y con una sensación de mayor control.
En la experiencia de este consultor, la mayor falencia promedio de las empresas es no brindar herramientas para mejorar la efectividad de sus equipos, más allá de la “carga horaria” de una posición, de si es presencial o virtual, de alta, media o baja responsabilidad.
El Método Fase de Peralt propone desarrollar e incorporar una serie de hábitos y rutinas que permitan esa efectividad permanente.
“La alta dirección debe ser el ejemplo en este equilibrio entre vida privada y profesional -explica Peralt-; el ejecutivo que trabaja 12, 16 horas por día ya no es el paradigma a seguir sino aquel que concilia vida privada y profesional”.
Después de una pandemia que se hizo demasiado larga, de la crisis de suministros, la subida de precios generalizada y el entorno bélico en Europa, “el burnout puede convertirse en la nueva pandemia en el 2023”, sostiene.
La productividad personal pasa a ser una de las competencias más determinantes a cultivar y mejorar con antelación a ese difícil 2023 que nos espera. “La única solución es contar con líderes y profesionales efectivos y resilientes, de lo contrario, lidiar con el entorno va a ser imposible”, añade Peralt.
Defensor de las encuestas de clima laboral como herramienta de medición interna en una organización, Peralt dice que hay que estar atentos a dos señales: cuando aparecen renuncias de personas valiosas (“uno ingresa a una empresa, pero se va por un jefe”) y los “no puedo más”, las alertas del inminente burnout.
“Siempre me gusta recordar que esto no va de horas, sino de trabajo efectivo. Además, las historias de doce horas diarias de manera sostenida en el tiempo suelen acabar mal. La verdadera clave está en que el trabajo efectivo y la productividad están reñidos con trabajar bajo una fórmula de trabajo anárquico”, expresa en su libro Los 6 Pilares de la resiliencia, otro concepto clave en su caja de herramientas.
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