El sector residencial fue el que más inversión atrajo, con 3.727 millones de euros, destacando el dato de que hasta el 40% de los compradores de vivienda de lujo en Madrid son extranjeros, según las cifras aportadas por Knight Frank en el evento.
El conjunto del sector reclamó más suelo finalista, simplificación administrativa y seguridad jurídica, con el objetivo de revertir el "desequilibrio estructural persistente" que cree que existe entre la creación de hogares y la producción de vivienda.
En este sentido, desde JLL se apuntó que España necesita 400.000 viviendas, una falta de oferta que se suma al déficit de suelo, los costes de construcción, la falta de mano de obra y el problema generacional de sustitución de esta.
Por su parte, los hoteles captaron 3.239 millones de euros de inversión, repartida al 50% entre los turistas nacionales y extranjeros, según Colliers, que ha asegurado que la desaparición de los apartamentos turísticos puede afectar negativamente a la competitividad de España.
En el retail se invirtieron 2.841 millones de euros, lo que supone volver a los niveles anteriores a la pandemia, gracias principalmente al 'high street', en contraste con un comportamiento más desigual de las localizaciones secundarias.
Las oficinas acumularon 1.727 millones de inversión, pese a que Savills advirtió de que se está destruyendo stock para levantar hoteles o flex living, lo que adelanta una futura subida de rentas, incluso en las periferias.
En cuanto al sector industrial y logístico, que concentró 1.372 millones de euros, BNP Paribas Real Estate ha alertado de que la falta de capacidad energética en España puede desplazar la inversión a otros países, asegurando que hay tres millones de metros cuadrados que no tienen la energía que necesitan.
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