Así las cosas, los valores absolutos de consumo de cemento en el último año móvil siguen por debajo de los 15 millones de toneladas.
En tanto, las exportaciones continúan en números rojos mientras crecen las importaciones
“Asistimos con preocupación a la evolución de este parámetro porque indica que la pérdida de competitividad no está afectando ya sólo a nuestra actividad exterior, sino también al mercado doméstico. Hablamos de casi 1,6 Mt importados en los últimos 12 meses, de los cuales, un millón de toneladas corresponden al clínker, un producto que es la base del cemento y en cuya producción tienen un fuerte impacto los costes energéticos. No podemos obviar que competimos en un mercado bidireccional en el que otros productores del arco mediterráneo, como Argelia o Egipto, pagan mucho menos por sus insumos energéticos, y esto, tarde o temprano, tenía que afectar también al consumo doméstico y, obviamente, a la demanda de nuestras fábricas locales”, analiza Aniceto Zaragoza, director general de Oficemen, la agrupación de fabricantes de cemento de España.
En efecto, las exportaciones de cemento y clínker han caído un 5,4% en septiembre y sitúan la caída acumulada en los nueve primeros meses del año en un -19,4%, con un volumen exportado
de 4.251.175 t, lo que supone la pérdida de más de un millón de toneladas respecto al
mismo período del pasado año.
“Además, el acumulado de los últimos doce meses (año móvil) sitúa nuestras exportaciones por debajo de los 6 millones de toneladas, un dato que cobra aún más valor si tenemos en cuenta que en los años más duros de la anterior crisis de la construcción llegamos a rozar los 10 Mt exportados”, explica Zaragoza.
Al mismo tiempo, el incremento de las importaciones en septiembre supera el 42%, lo que
sitúa el acumulado de año móvil de los últimos doce meses (oct’21-sep’22) en un crecimiento del 45%.
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