En 2011, por ejemplo, entre las noticias más buscadas por los internautas en Google se encontraban aquellas relacionadas con el término “prima de riesgo”. En aquel entonces, eran constantes las noticias en las que se informaba de la subida de los puntos de la deuda española en comparación con la alemana, reflejo de la inestable situación económica en España.
En este 2022 Google ha registrado incrementos de hasta un 150 % en las búsquedas relacionadas con el término inflación debido a las constantes noticias que recibimos sobre la pérdida de valor de nuestros ahorros por la situación de subida generalizada de precios.
Las dificultades de saber de finanzas
Estos dos ejemplos muestran que, a pesar de tratarse de conceptos que han formado, o forman, parte de nuestro día a día, puesto que afectan a nuestro dinero, existe una falta de conocimiento generalizado sobre el ámbito financiero. Las razones son dos:
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Por un lado, por la prácticamente inexistente educación financiera en España.
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Por otro, el gran dinamismo de las finanzas, que hace que surjan frecuentemente nuevos productos y procesos que son difíciles de entender y que causan un estado de confusión general en la ciudadanía.
A esta falta de comprensión se añade el que, muchas veces, la rapidez con la que se necesita transmitir la información financiera hace que los medios de comunicación en España no se detengan a examinar con detalle el uso que se está dando a un término determinado y este se deje directamente en inglés.
El inglés, la lengua de las finanzas
Esto es debido al dominio del inglés como lingua franca en el ámbito financiero. Así lo han confirman estudios que demuestran que el inglés es la principal vía de comunicación en el mundo económico y financiero.
En esto tiene mucho que ver el destacado peso político de los Estados Unidos y, sobre todo, su rol como potencia económica, lo que convierte al inglés en un soporte lingüístico imprescindible en el que se basa un elevado número diario de operaciones comerciales y transacciones financieras.
Incorporación de términos
Dos ejemplos de esta situación son el término compliance (cumplimiento normativo) y el término quantiative easing (expansión cuantitativa). Compliance se convirtió, por ejemplo, en el término de moda entre los secretarios del consejo y los directores de las asesorías jurídicas de las empresas en 2017. Su utilización en el ámbito jurídico responde a la necesidad de regulación de la actividad empresarial.
El término quantitative easing consiste en una medida de política económica para reactivar la economía en época de crisis. A finales de 2008, la Reserva Federal de EE. UU. puso en marcha este gran paquete de estímulos que, a partir de diciembre de 2021, anunció que iría progresivamente retirando. A este proceso se le denomina con el término, también inglés, tapering (retirada gradual o desaceleración).
El papel de los medios especializados
A pesar de las recomendaciones lingüísticas de instituciones como la Fundéu de utilizar alternativas en español para estos anglicismos, los estudios lingüísticos realizados demuestran que la prensa española prefiere el uso del término en inglés. Normalmente estos artículos periodísticos aportan una explicación o una traducción al español.
Por esta razón, aunque sí existen términos equivalentes en español a los anglicismos del sector financiero que plagan las páginas de la prensa económica de nuestro país, no solemos utilizarlos.
Guía rápida de equivalencias
A continuación, presentamos algunos equivalentes aportados por la Fundéu para anglicismos que se han venido empleando en los últimos años en el sector financiero.
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Gig economy: Economía bajo demanda.
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Sharing economy: Economía colaborativa.
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Default: Impago, suspensión de pagos, cese o cesación de pagos.
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Servicer: gestora de activos inmobiliarios.
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stable coin: criptomoneda estable.
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Efecto carry over: efecto residual.
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Chief Executive Officer (CEO): director general.
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Position paper: informe/documento de opinión, informe/documento de posición o postura, o manifiesto.
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Commodities: productos básicos, materias primas.
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Bail out: rescate (con dinero público).
Otros términos más antiguos:
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Swap: Permuta financiera.
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Credit Default Swap: Seguro de impago de deuda.
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Spot: Al contado.
El uso de estos anglicismos, como se puede ver en este breve listado, no es algo nuevo. Se trata de una tendencia habitual y frecuente. La pregunta que nos deberíamos hacer es: ¿por qué se prefiere el término en inglés? ¿Suena más profesional? ¿O simplemente por la rapidez con la que viaja la información es más cómodo emplear el término original en inglés?
¿Hay que resignarse?
La lengua española dispone de equivalentes, como hemos podido comprobar, de todos estos términos. Además, existen instituciones, como la Fundéu, que se encargan de recordárnoslo.
¿Deberían los medios hacer un mayor esfuerzo para usar estos equivalentes? ¿Esto es solo habitual en los medios de comunicación? Como se puede ver en el siguiente vídeo, también entre empresarios se recurre a esta tendencia.
¿Y si fuera al revés? ¿Si fueran los angloparlantes quienes emplearan términos en español en sus reuniones? Estos serían hispanicismos y sonarían así:
Si nos parece raro, imaginemos cómo les debe sonar a ellos que nosotros hablemos y escribamos con anglicismos.
Alexandra Santamaría Urbieta, Profesora de la UNIR, UNIR - Universidad Internacional de La Rioja and Elena Alcalde Peñalver, Profesora Titular de Universidad de Filología Inglesa, Universidad de Alcalá
Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation. Lea el original.
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