La nueva legislación, que contempla también el derecho efectivo a la desconexión digital y el control horario mediante registros digitales, representa una oportunidad estratégica tanto para grandes corporaciones como para pequeñas y medianas empresas, que deberán adaptar sus modelos operativos en los próximos meses.
"Este cambio normativo no solo impulsa la conciliación entre la vida laboral y personal, sino que también puede ser un catalizador para repensar la organización interna, ganar en eficiencia y motivar a los equipos" afirma Elisabeth Marin, managing director de Woffu.
Transformación hacia un modelo laboral más humano y eficiente
Desde el punto de vista empresarial, esta medida abre la puerta a modelos de trabajo más flexibles, centrados en resultados y en la mejora de la experiencia del empleado. Estudios recientes indican que jornadas más racionales, combinadas con políticas de bienestar, tienen un impacto positivo en la retención de talento, la reducción del absentismo y la mejora de la productividad.
¿Cómo se están preparando las empresas?
Empresas de diferentes sectores de España ya están evaluando e implementando ajustes operativos, como:
- Revisión de turnos y cargas de trabajo.
- Automatización de tareas administrativas.
- Reforzamiento del liderazgo intermedio para gestionar equipos con mayor autonomía.
- Inversión en herramientas digitales de gestión del tiempo y control horario, como Woffu.
"No se trata solo de reducir horas, sino de repensar cómo trabajamos, cómo priorizamos y cómo medimos el rendimiento de los empleados.", subraya Marín.
Retos y oportunidades para las organizaciones
Aunque la medida ha sido celebrada ampliamente por sindicatos y organizaciones sociales como un avance hacia un modelo laboral más humano y sostenible, algunos sectores empresariales —especialmente pequeñas y medianas empresas— han expresado reservas respecto a los costes operativos y organizativos que podría implicar su implementación. La necesidad de reorganizar turnos, adaptar procesos internos y mantener la misma productividad con menos horas plantea desafíos reales, particularmente en entornos con alta carga operativa o escasos recursos tecnológicos.
Sin embargo, muchos expertos en gestión del tiempo y transformación cultural coinciden en que esta reducción de jornada no debe verse únicamente como una carga, sino como una oportunidad estratégica. Al optimizar la planificación, fomentar la autonomía de los equipos y apostar por herramientas digitales, las empresas pueden no solo mantener, sino incluso mejorar sus niveles de eficiencia.
“La clave está en entender esta medida no como una imposición, sino como un impulso hacia una gestión más inteligente del tiempo. Las empresas que apuesten por digitalizar sus procesos y medir el tiempo de manera eficiente estarán mejor posicionadas para ganar en competitividad y en clima laboral”, señala Marín.
Esta transformación —bien acompañada por proveedores tecnológicos y un cambio cultural en la organización del trabajo— puede convertirse en un valor diferencial para atraer talento, evitar el burnout y mejorar la experiencia del empleado.