El segundo volumen del informe Perspectiva mundial de las transiciones energéticas 2023, titulado 'Efectos socioeconómicos de la transición energética' ha desvelado que la economía mundial podría experimentar un crecimiento del 1,5% en términos de PIB hasta 2050 si se cumplen con los objetivos fijados bajo el escenario de calentamiento global de 1,5 grados, conforme a los acuerdos de París, respecto a las proyecciones que se plantean en la actualidad.
Además, se crearían 40 millones de empleos adicionales en el sector energético hasta 2050, con 18 millones de empleos más a escala global solo en el ámbito de las renovables.
El primer volumen, publicado hace unos meses, presentaba una ruta para limitar el calentamiento a 1,5 grados y ya apuntaba a la electrificación y a la eficiencia como principales impulsores de la transición, facilitados por las energías renovables, el hidrógeno verde y la biomasa sostenible. En él, se alertaba de que la transición energética se encuentra lejos del objetivo previsto y se exigían medidas como triplicar la capacidad de energía renovable instalada hasta 2030.
Por su parte, el nuevo documento ha descrito los efectos socioeconómicos del escenario de 1,5 grados para instar a los Gobiernos a formular políticas que potencien al máximo los beneficios de la transición.
"Reitero el llamamiento realizado por la presidencia de la COP28 en pos de un objetivo de energía renovable global como medida práctica para respetar el Acuerdo de París. Los responsables políticos no solo deben centrarse en los aspectos tecnológicos de la transición energética, sino también en sus implicaciones socioeconómicas", ha afirmado el director general de IRENA, Francesco La Camera.
Asimismo, La Camera ha calificado la transición de "oportunidad para impulsar la economía global", pero que debe abordar la desigualdad persistente para "corregirse".
IRENA ha concluido que los efectos de la transición varían entre regiones y países, y ha destacado las disparidades existentes en cuanto al desarrollo económico y ha subrayado la necesidad de unas estrategias económicas inclusivas.
Si bien se espera que el empleo en el sector de las renovables se triplique de aquí a 2050 en términos generales, la distribución de los puestos de trabajo entre regiones es, de nuevo, desigual. Se espera que Asia concentre el 55% de los empleos en las renovables a escala global, seguida de Europa con el 14% y las Américas con el 13%. El África Subsahariana solo albergaría el 9%.
Aunque se espera que el PIB per cápita se duplique en África, es previsible que los países con abundantes recursos del continente registren un crecimiento más acelerado, lo que agravará las desigualdades regionales. Con todo, economías emergentes como la India y China están en situación de registrar un crecimiento "considerable" y, posiblemente, "reconfigurar el tablero económico global".
Conectar aspectos socioeconómicos y tecnológicos de la transición energética "requiere unas intervenciones políticas que vayan más allá de un mero reemplazo de los combustibles fósiles por fuentes de origen renovables", por lo que IRENA llama a adoptar un enfoque holístico con respecto a dicho proceso.