Para Rodríguez, CEO de pfs, “los síntomas de un fuerte crecimiento en los impagos y la morosidad son claros: el cuándo y el cómo de grande es lo que se empezará a ver en las próximas semanas”.
En ese sentido, subraya que la morosidad empresarial (deudas BtoB) aumentó 42% en el primer trimestre del año, aún cuando todavía no impactaba del todo la suba de precios de energía por la guerra en Ucrania ni la subida de tipos de interés.
- ¿Qué tiene de particular o distinto este momento en relación a otros?
- No será una hecatombe, pero sí veremos cómo se deterioran los pagos y eso ya está sucediendo. Las grandes empresas están retrasando los pagos a las pequeñas y esto empieza a tensionar la cadena. Veremos, también, un crecimiento importante en los concursos de acreedores ya sin la moratoria.
A Rodríguez también le preocupa el contexto macroeconómico, con la combinación de inflación alta, tipos de interés a la suba y caída del Euro en el mercado internacional.
“Tenemos que asumir que alguien que tenía 100.000 euros ahorrados hace un año hoy tiene 90.000 y que si una empresa vendió por 30 millones en 2021 y este año mantiene ese facturación, en realidad es que ha decrecido y está vendiendo 27 millones”, resume Rodríguez.
En paralelo, 100 euros de hace un año hoy apenas rinden como 80 si se los compara con otras monedas fuertes, por el doble impacto de la devaluación frente al dólar y la suba de precios.
- ¿Todo el panorama es tan malo o veis alguna buena perspectiva?
- Creo que hay dos buenas noticias: 1) que las familias han hecho algo de ahorro adicional en los últimos seis meses: hay algo de dinero guardado. 2) Me animaría a decir que vamos a un escenario recesivo corto.
A diferencia de otras crisis de pago en contextos recesivos, el CEO pfs ve que en esta oportunidad se van a resentir más los cobros de los créditos al consumo y los pagos entre empresas, pero -a diferencia de 2008- esta vez los pagos de hipotecas no sufrirán de manera marcada.
- Las cartas están sobre la mesa, ¿qué aconsejarías a las empresas en este contexto?
- Dos cosas: tener la vista siempre en la caja: ni grandes inversiones, ni gastos superfluos, porque van a necesitar tener un mayor colchón de tesorería. Y además, seleccionar bien sus clientes y los créditos que otorga, no vaya a ser que por vender a toda costa nos metamos en un problema. Y un plus: empezar a gestionar el cobro desde el mismo momento que emito la factura, no esperar a 60 días. Y si puedo hacer cuatro facturas pequeñas en vez de una, mejor, para atomizar los riesgos.