El informe, basado en encuestas en 30 países, muestra que el 71% de las personas a nivel global se declara feliz, aunque también revela una tendencia preocupante: en los últimos 14 años, la felicidad global disminuyó en la mayoría de los países medidos desde 2011.
En Argentina, el optimismo se sostiene gracias a vínculos personales sólidos. La familia, los hijos y sentirse querido son las principales fuentes de felicidad, un patrón que se repite en casi todas las generaciones. Sin embargo, el bienestar no está exento de amenazas: la situación financiera personal y la inseguridad se destacan como las causas más importantes de infelicidad.
En 2024, Argentina ya había sorprendido al ubicarse en el puesto 13 del índice, por encima de países como España, Estados Unidos e Italia. En 2025, aunque el informe no detalla posiciones específicas, el país conserva su lugar entre los 15 más felices, lo que indica una notable estabilidad en la percepción del bienestar. No obstante, persiste un margen de insatisfacción cercano al 30%, vinculado principalmente a la inseguridad y las dificultades económicas. La continuidad de estos factores críticos pone en evidencia que, si bien los argentinos mantienen una actitud resiliente, los desafíos estructurales siguen siendo un obstáculo para una mejora sostenida del bienestar general.
La inseguridad: una sombra sobre la felicidad en nuestro país
Muchos argentinos conviven a diario con preguntas que reflejan una preocupación creciente: ¿a qué hora conviene estar más alerta?, ¿cuáles son los días más peligrosos?, ¿en qué zonas se concentran los robos? Un análisis de los registros del primer cuatrimestre del año ofrece algunas respuestas concretas.
“El reto que tenemos quienes estamos vinculados a la seguridad de las personas es ofrecer soluciones inteligentes que permitan un mejor estado de ánimo de las personas para con las incertidumbres de lo que podría sucederles tanto dentro como fuera del hogar y es por eso que creamos un barómetro de seguridad”, señaló Carlos Beltrán Rubinos, director de operaciones de Verisure Argentina.
De acuerdo con estos datos que desprenden del Observatorio de Seguridad de Verisure, en el caso de los comercios, el mayor riesgo de intrusiones se da entre las 2 y las 3 de la madrugada, especialmente los fines de semana -viernes, sábados y domingos-, cuando se registra el pico de incidentes. En los hogares, en cambio, los hechos delictivos tienden a concentrarse alrededor de las 21 horas.
Entre las modalidades más comunes se destacan los ingresos a viviendas habitadas, robos en locales comerciales -tanto abiertos como cerrados-, entradas forzadas a departamentos y asaltos en la vía pública. El panorama confirma una tendencia clara: la seguridad cotidiana continúa siendo un tema crítico que impacta directamente en la calidad de vida.
En cuanto a la distribución geográfica de los delitos, la provincia de Buenos Aires lidera con un 75% de las incidencias registradas, seguida por Córdoba (14%) y Mendoza (7%). También aparecen Santa Fe (4%) y, en menor medida, Tucumán y Entre Ríos. Los datos surgen de la Central Receptora de Alarmas de Verisure en Argentina.
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