Sus autores son Gabriel Weinstein y Ezequiel Kieczkier, socios de la consultora global Olivia, especializada en transformación organizacional, y ha sido elaborado a partir de la experiencia de más de una década acompañando a más de 300 empresas de Europa, Estados Unidos y América Latina en sus procesos de cambio, extrayendo patrones comunes entre aquellas que transitaron por ellos con éxito y aquellas que se quedaron en el camino. Con todos estos aprendizajes, Ezequiel Kieczkier y Gabriel Weinstein han desarrollado un modelo propio que ayuda a las empresas a convertir el cambio en un hábito recurrente de crecimiento.
“Hemos denominado a nuestro modelo ‘crisis mindset’ porque el denominador común que permite generar un crecimiento continuo, incluso en tiempos de crisis, es el estado mental de las organizaciones. Es un tipo de mentalidad ganadora, que no depende del capital disponible, ni de su fuerza de ventas o del aumento de los ingresos, ni de la tecnología aplicada para mejorar sus procesos; sino de una cultura corporativa con capacidad de reacción para aprovechar las oportunidades que se presentan en contextos de extrema incertidumbre, yesto es aplicable a todo tipo de compañías sin importar su sector, tamaño o ubicación geográfica”, explica Gabriel Weinstein, Managing Partner Europe de Olivia.
Las cuatro dimensiones del ‘crisis mindset’
Este modelo se compone de cuatro dimensiones, condicionadas por una tensión de fuerzas positivas y negativas que condicionan la forma de operar de la compañía. Tener un modelo mental de crisis permitirá activar las fuerzas habilitadoras frente a las negativas, y polarizar la cultura de la organización hacia un resultado de crecimiento. Las dimensiones son:
Perspectiva de negocios. Ante un momento de crisis o inestabilidad, una empresa puede decidir la acción o la inacción. Si decide “esperar a que escampe”, acabará sufriendo la polaridad negativa y convirtiéndose en “esclava de la coyuntura”. Mientras que aquellas que se orienten a la búsqueda de oportunidades podrán generar nuevas vías de acción, revisando su propuesta de valor y diseñando escenarios plausibles en un futuro próximo para posicionarse en un lugar privilegiado cuando las reglas del juego cambien.
Dinámica organizacional. La llegada de una crisis hace que todo se paralice, pero del tiempo que la empresa permanezca en ese estado dependerá su futuro. Las que decidan actuar en el corto plazo sin perder de vista el largo plazo, y traten de entender las nuevas necesidades para ofrecer nuevas respuestas, activarán la polarización positiva. Para ello es importante cultivar una dinámica que fomente la experimentación, para aprender incluso de los errores, y la flexibilidad y agilidad, para intentar adaptarse constantemente a la mejor opción posible.
Capacidad de aprendizaje. Un nuevo contexto exige nuevas habilidades, y para sobrevivir, seguir compitiendo y generando valor es necesaria una constante adquisición de soft skills (colaboración, pensamiento crítico, creatividad, resolución de problemas, adaptabilidad, persistencia, liderazgo, curiosidad, etc.), que son las que sostienen el modelo de ‘crisis mindset’. Las capacidades individuales, combinadas, constituyen las capacidades de la organización, y la polarización positiva consiste en orientarse hacia el aprendizaje ágil.
Gestión emocional. Una empresa es un ecosistema de personas, y las emociones son un factor decisivo, atravesando todos los niveles jerárquicos. La gestión de estas emociones puede generar desapego, debilidad y desmotivación, o disponibilidad, energía y resiliencia. El modelo de liderazgo determinará la polaridad ganadora. En medio de una crisis, gestionar bien las emociones es fundamental, y ha de partir de la templanza y la inteligencia emocional de quien lidera a los equipos.
Claves del liderazgo con mentalidad de crisis
El libro destaca el papel fundamental del liderazgo a la hora de gestionar estas cuatro dimensiones con ‘crisis mindset’, y describe las características que ha de tener un buen líder en tiempos de crisis. Más allá de la experiencia y la visión, la confianza y el reconocimiento son los factores que confieren autoridad al líder, y estos se consiguen con empatía, escucha activa y gestión emocional. Este estilo de liderazgo promueve una mirada diversa, horizontal y flexible que impulsa al equipo a adaptarse y también a equivocarse. Pero también necesita el poder que le otorga el cargo, para lograr una movilización real.
Otros aspectos que recoge como fundamentales en este líder son la integridad, saber dar ejemplo y comunicar de forma transparente los desafíos a los que se enfrentan; la capacidad de moderar y guiar el ritmo de los equipos para gestionar el estrés y transformarlo en un factor habilitador, estimulante y motivador; lograr el equilibrio entre audacia y coraje para afrontar una situación adversa y proponer un cambio de escenario con visión de oportunidad; tener orientación de servicio, enfocada a empoderar y guiar a sus equipos; pero siempre desde la responsabilidad de saber que es él quien debe tomar las decisiones difíciles.
Asimismo, Gabriel Weinstein destaca la importancia de que el equipo directivo de la organización sea compacto, sin espacio para egos y coherente entre el decir y el hacer: “En momentos de crisis es esencial que los diferentes líderes actúen en grupo y de forma alineada la hora de enviar los mensajes a toda la compañía, aunque tengan opiniones diferentes, deben generar los acuerdos necesarios para mirar todos en la misma dirección. En cada iniciativa o proyecto deben buscar la sincronía, marcando un ritmo que permita que los esfuerzos se potencien y movilicen a la organización. Y aquí no caben los egos, no importa quién marca el gol, lo importante es el resultado”.
Una cultura disruptiva como base para crecer en la crisis
El elemento que modela el comportamiento de una organización, la base que determina con qué visión se posiciona ante el presente y el futuro, es la cultura. Y junto al ‘crisis mindset’, el otro denominador común identificado por los autores en las empresas que han sabido aprovechar y crecer en tiempos de crisis es que poseen una cultura basada en la disrupción constante, dotada de mecanismos, reglas y hábitos que les hacen sentirse cómodas y ser eficientes en el cambio.
Para terminar, el libro ofrece una guía para implantar el modelo de ‘crisis mindset’. Enprimer lugar, recomienda identificar los patrones de comportamiento de la organización en las últimas crisis, y desafiar las creencias existentes para modificar esos patrones hacia una perspectiva proactiva y ágil de polaridad positiva. En segundo lugar, propone diseñar e implementar los nuevos comportamientos y modelos mentales para que se conviertan en la cultura de la compañía.
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