No obstante, el cerco sobre este tributo se estrecha cada vez más. “Ya en varias comunidades autónomas rigen bonificaciones de hasta el 100% para los familiares directos, además de interesantes reducciones para otros grupos de parentesco”, indica Juan José Martín, abogado del despacho Marín & Mateo Abogados. De este modo, las diferencias entre cónyuges, hijos, padres y abuelos frente a hermanos, tíos, sobrinos y primos, aunque siguen existiendo, no son tan abrumadoras.
En 2023, Baleares, Canarias y Comunidad Valenciana han aprobado mejoras en la tributación por herencias, mientras que, a partir de 2024, será en La Rioja y en Cantabria donde las novedades fiscales permitirán que heredar salga más barato. Martín recibe estos cambios como una buena noticia, aunque señala que “a pesar de que existe la posibilidad de fraccionar el pago del Impuesto de Sucesiones, muchos herederos se ven forzados a renunciar porque la herencia no solo implica recibir bienes, sino también hacer frente a las deudas del fallecido”.
Parentesco y residencia
Martín confirma que “el lugar de residencia del fallecido y el grado de parentesco son los dos factores que influirán en que las reducciones sean más o menos atractivas”, recordando que “el Impuesto de Sucesiones debe liquidarse en los seis meses siguientes de la defunción, aunque se puede ampliar a otros seis”.
Este impuesto tiene en cuenta todo el patrimonio del fallecido y “para su cálculo se deben valorar todos los bienes que existen: casas, saldo en cuentas bancarias, vehículos…”. En el caso de la vivienda familiar, “los herederos deberán conservarla cinco años para beneficiarse de posibles ventajas fiscales”.
Ante el ayuntamiento
El otro gravamen que pesa sobre las herencias inmobiliarias es la plusvalía, con la que las arcas municipales recaudaron más de 1.300 millones de euros en 2022, según datos de la Intervención General de la Administración del Estado (IGAE). El abogado comenta que “para saber a cuánto asciende, hay que conocer el valor catastral, cuántos años han pasado desde la última transmisión y la normativa municipal”.
Marín insiste en este último punto dado que, de un tiempo a esta tarde, “estamos viendo que muchos gobiernos locales están modificando sus ordenanzas, incluyendo bonificaciones para herederos no convivientes”.
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