Si -además- sumamos las 900.000 empresas que tienen 1 o 2 asalariados (otro 26%) tenemos que 83% del total de compañías tiene menos de 2 trabajadores en nómina, un claro indicador que muestra la aversión de los empresarios y emprendedores a asumir los riesgos y los costes de la contratación de personal.
Con estos datos queda a la vista que si solo la mitad de las 3,4 millones de empresas tomara a lo largo de 2023 un sólo empleado asalariado, el número de parados caería a menos de la mitad de los 2,8 millones actuales.
Es más, si desde el gobierno se promoviera una política como “primer empleados sin cargas sociales ni impuestos” y solo la mitad de las 1,9 millones de empresas sin trabajadores en nómina decidiera dar el paso, la caída del paro sería fortísima y la potenciación de esas organizaciones cambiaría buena parte de la dinámica pyme en España.