Estas huellas militares se han convertido hoy día en un gran atractivo turístico, perfecto complemento a las playas, la arqueología, la gastronomía y los deportes. Un conjunto de casi una treintena de monumentos patrimoniales abiertos a la visita que constituyen un paseo por la historia a través de la llamada Ruta Fortificada.
Recorrer las ruinas de los castillos da una idea de su grandeza. En una de las colinas más altas de la isla, las ruinas del castillo de Santa Águeda, construido por los árabes en el siglo X, ofrecen unas vistas panorámicas espectaculares. En Fornells, junto al mar, el antiguo Castillo de Sant Antoni (siglo XVII) acoge actos culturales Y en Es Castell se conservan las galerías subterráneas del castillo de Sant Felip (siglo XVI), que protegía el puerto de Maó. Este amplísimo puerto acoge además otras fortificaciones. El fuerte de Marlborough, del siglo XVIII, construido por los británicos, casi a la entrada, en cala Sant Esteve. La imponente fortaleza de la Mola, del siglo XIX, en la que destaca la galería de las aspilleras. Y también el singular Lazareto, una fortaleza sanitaria del siglo XVIII para prevenir epidemias, ubicada en un islote del puerto y que es hoy en día una sede de congresos y eventos culturales.
Menorca está también salpicada de torres de defensa y vigilancia, la mayoría junto a la costa, pero también algunas algo más al interior. Integran la Ruta Fortificada un total de quince: Torre d’en Quart –medieval, de las mejor conservadas, cerca de Ciutadella–, las de laPrincesa, Alcalfar, Son Ganxo, torre de Fornells, des Castellar, d’en Penjat, Sant Felipet, Sanitja, sa Mesquida, Rambla, La Mola o Cala Teulera, torre de la isla de Ses Sargantanes, torre de Cala Molí y torre de Sant Nicolau. De estas torres, once fueron construidas por los británicos y cuatro por los españoles entre los siglos XVI y principios del XIX.
Dos baluartes forman parte de esta misma ruta, ambos en Ciutadella: el Bastió des Governador (recientemente restaurado) y el Bastió de sa Font. Mientras que Maó aporta el Pont de Sant Roc, una de las puertas de la muralla y único vestigio de la misma. Para entender el contexto histórico de estos monumentos, nada mejor que visitar el Museo Militar de Menorca, en Es Castell, el Museu de Menorca y el Centre d’Art Ca n’Oliver-Col·lecció Hdez. Sanz-Hdez. Mora, en Maó, y Can Saura. Museu de Ciutadella de Ciutadella.