Para Laura Sali Pérez, CEO de The White Rabbit, el dato refleja un cambio estructural en la forma de comunicar: “El marketing de influencia ya no es anecdótico: es un canal estratégico. Pero este crecimiento exige rigor, transparencia y métricas fiables. Las marcas ya no pueden permitirse campañas ‘a ciegas’”.
Durante la sesión, los ponentes han señalado los riesgos que siguen condicionando la credibilidad del sector: la saturación de contenidos, la pérdida de confianza derivada de colaboraciones poco auténticas, la inflación de tarifas y la persistencia de audiencias artificiales. Según Enan López de Freitas, socio y CMO, “el problema no es el influencer, es la falta de criterio. El sector necesita estándares claros, auditoría de audiencias y contratos que protejan a todos los actores”.
El debate ha contado con una participación activa del alumnado, especialmente en torno a los microinfluencers, el papel creciente del UGC (User Generated Content) y la irrupción de creadores virtuales generados con IA. Para Montse Llonch Sanuy, Social Media & Influence Manager, la clave está en la autenticidad: “La comunidad distingue lo real de lo impostado. La credibilidad es el KPI de 2025 y lo que decide si una campaña funciona o se pierde en el ruido”.
La sesión forma parte del programa de actividades académicas de ESERP para conectar al alumnado con profesionales en activo y ofrecer una visión actualizada del ecosistema digital. Tanto la escuela como la agencia han coincidido en que el reto de los próximos años será equilibrar creatividad, datos y ética en un canal que sigue creciendo a gran velocidad.