La constante lucha entre el petróleo y las dinámicas financieras ha mantenido a los precios del crudo en un rango apretado durante casi un año, revela Francisco Blanch, el responsable global de materias primas y derivados de Bank of America. El escenario global se ha visto impactado por múltiples factores, incluyendo el aumento de las tasas de interés a nivel mundial, la estrategia proactiva de la OPEP para controlar los suministros, la evolución de la economía china después de la pandemia, y las complejas relaciones geopolíticas.
El incremento de las tasas de interés ha ejercido una influencia notable en la demanda agregada global, ralentizando el crecimiento del consumo de petróleo. Paralelamente, la OPEP ha implementado recortes significativos en la producción de crudo, lo que ha llevado a estrechar los diferenciales entre variedades como Brent-Dubai y Brent-Saudi Heavy. China, una de las piezas clave en el rompecabezas energético, ha enfrentado desafíos debido a las secuelas en la fabricación y bienes raíces, limitando su crecimiento económico, lo que ejerce presión al alza de los precios mundiales de la energía.
Una pieza crucial en este panorama es Rusia, que ha estado impulsando más petróleo al mercado de lo previsto, en parte debido a sanciones diluidas. Sin embargo, se vislumbra un cambio en esta estrategia, ya que los incentivos para reducir el suministro en apoyo de los precios del petróleo han surgido. Los descuentos en los precios impuestos por límites de petróleo comenzaron a afectar la capacidad de recaudación de impuestos al petróleo por parte del gobierno ruso, lo que ha creado tensiones en su política exterior, incluyendo la situación en Ucrania. Como resultado, Rusia se encuentra actualmente en una senda de reducción de las exportaciones para frenar los diferenciales Brent-Urales.
Blanch señala que, a medida que las materias primas experimenten aumentos en sus precios, podrían resurgir las presiones inflacionarias. A pesar de los esfuerzos de ajuste por parte de Rusia y Arabia Saudita, el gobierno de Estados Unidos ha tenido un impacto en los balances globales de petróleo al liberar barriles estratégicos a voluntad, pero ahora es necesario reponer las reservas a niveles óptimos. Si no se realizan ventas de SPR (Reserva Estratégica de Petróleo) y se mantienen los recortes de la OPEP, el mercado global del petróleo podría entrar en un déficit que se estima en 1060k b / d en la segunda mitad de 2023 y 430k b / d en 2024, especialmente si China sigue impulsando el crecimiento económico.
Blanch concluye reiterando su pronóstico de precio promedio de Brent a $90 por barril para 2024, aunque advierte sobre el posible límite que la capacidad excedentaria de la OPEP podría ejercer sobre los precios del petróleo, y recuerda que los riesgos de recesión aún están presentes. Además, destaca que un aumento en los precios de las materias primas podría reavivar un incremento en las tasas de interés, reactivando así la continua batalla entre el petróleo y el dinero en el escenario global.
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