Diplomacia - México, Canadá y Dinamarca son solo unos pocos miembros de una lista de países con los que Trump ya ha tenido encontronazos diplomáticos a raíz de sus declaraciones. Una lista que parece que sólo va a crecer según pasen los días.
Democracia - El segundo mandato de Trump viene de la mano de la posverdad, las fake news, los deepfakes y la ausencia de moderación en las redes sociales. Caldo de cultivo para la proliferación de la desinformación.
Economía – Los planes de eficiencia gubernamental de Elon Musk para reducir el presupuesto federal junto con la política arancelaria incierta de Donald Trump, que todavía no ha dejado claro el alcance de la misma, están poniendo en jaque a la economía estadounidense.
Aunque las expectativas no son alentadoras, durante el primer mandato de Trump aprendimos que más vale atenerse a acciones reales que a promesas electorales. El tiempo dirá, pero por el momento la falta de contención es lo único que destaca del futuro presidente de Estados Unidos.
Texto íntegro de Clément Inbona, gestor de fondos de La Financière de l’Echiquier (LFDE)
Tras los excesos navideños, el mes de enero suele caracterizarse por la sobriedad, con sus famosos buenos propósitos o el reto del dry january en el Reino Unido. Sin embargo, este año las cosas son muy diferentes al otro lado del Atlántico.
A pocos días de la toma de posesión de Donald Trump, que se celebrará el próximo 20 de enero en la escalinata del Capitolio en Washington, varios excesos jalonan ya el camino de la administración Trump 2.0.
En el frente diplomático, los comentarios de Donald Trump sobre México, Canadá y Groenlandia y las repetidas injerencias de Elon Musk en la política alemana y británica sugieren que los aliados y socios históricos de EE. UU. experimentarán unas relaciones más turbulentas en los próximos cuatro años. Preocupa más que la soberanía territorial y la autodeterminación ya no son cosas sagradas para el Tío Sam y eso supone una revolución que, con el tiempo, podría inspirar a otras grandes potencias a ampliar sus ambiciones regionales. Viene a la mente el caso de China y Taiwán.
A nivel democrático, la relajación de la moderación de las redes sociales en Facebook o Instagram marca la entrada en una era de posverdad. Las compuertas de la desinformación, las noticias falsas, los deepfakes y las teorías conspirativas están abriéndose de par en par en EE. UU. y seguirán socavando los cortafuegos democráticos.
En el plano económico, Elon Musk está poniendo en jaque a la administración estadounidense. Con el objetivo de hacerla más eficiente recortando el gasto público, la ambición de Elon Musk es reducir los presupuestos federales entre 1 y 2 billones de dólares, es decir, entre un 15% y un 30%. Parece poco probable que pueda conseguirlo sin dejar sin trabajo a un gran número de funcionarios y sin recortar drásticamente el gasto de la administración. Aunque las consecuencias a medio plazo podrían ser positivas en lo que respecta al déficit y la trayectoria de la deuda, un choque de este tipo sobre el empleo y la demanda del sector público podría tener un impacto negativo sobre el crecimiento estadounidense a más corto plazo. Por su parte, Donald Trump sigue mostrándose evasivo sobre la escala y el alcance de los aranceles que se introducirán rápidamente tras su investidura.
Todos estos excesos e incertidumbres hacen que los próximos cuatro años sean difíciles de interpretar a muchos niveles, incluida las tendencias bursátiles. No obstante, el primer mandato de Trump ofrece una primera idea: es mejor atenerse a las decisiones reales y evitar tomarse al pie de la letra los aspavientos de la futura administración estadounidense.
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