El punto de partida se cifra en un 32% de los buscadores de vivienda que alguna vez habitaron (o residen aún) en la alcurnia de una capital provincial. Otro 27% de ellos encuentra su morada en los bastiones urbanos del país. Sin embargo, solo el 31% de la demanda se dirige a adquirir una propiedad en estos enclaves, mientras que el 25% busca alquiler. Esto traduce que más aspirantes conviven en estas zonas de lo que allí anhelan.
En contraposición, en las ámbitos rurales, la periferia de las urbes y los enclaves costeros, se hace alarde de un fenómeno contrario: los cazadores de vivienda superan a los residentes en número. La brecha es de tres puntos en las zonas rurales (del 17% al 20%), de cuatro en la periferia (del 15% al 19%), y de hasta cinco en las ubicaciones costeras (del 14% al 19%).
"Las nuevas ansias por espacios ajardinados y un mayor contacto con la naturaleza se vinculan a la búsqueda de serenidad y bienestar. La mejora de la calidad de vida es un llamado que resuena en la sociedad, y estos aspectos hallan eco más fácilmente en la periferia que en el corazón de las urbes. Así, la demanda sigue guiándose hacia las montañas, las playas y las costas, sembrando un éxodo rural donde se anhela hallar un segundo hogar o asentar la residencia habitual", comenta María Matos, directora de Estudios y Portavoz de Fotocasa.
Estos porcentajes, semejantes a los de años anteriores, dialogan con la configuración misma de la demanda en su conjunto, la cual abarca segundas residencias o arrendamientos para el curso escolar, por mencionar solo dos ejemplos que no se adhieren a la decisión de cambiar de morada, tema que exploraremos con más detalle más adelante.
Estos números insinúan una tendencia que se revela de manera distinta entre compradores e inquilinos. Las capitales provinciales y los núcleos urbanos destacan más en la demanda de alquiler: casi diez puntos más que en la demanda de compra. Sin embargo, en el ámbito rural, cerca de la costa y en la periferia urbana, la demanda de viviendas en propiedad supera a la de alquiler (entre uno y cuatro puntos de diferencia).
Estas cifras mantienen la línea de los registros previos de Fotocasa Research, aunque hay ligeras variaciones que vale la pena destacar. Por ejemplo, el 28% de los demandantes de compra que han buscado en una capital provincial supone dos puntos porcentuales más que el 26% de febrero de 2022. También han ganado protagonismo los núcleos urbanos importantes (23% en 2023 frente al 20% de un año atrás) en la demanda de vivienda en propiedad.
Mudanzas en busca de una vida más plena
A partir de estas dos variables que hemos venido analizando (lugar de residencia de los demandantes de vivienda antes de la operación y ubicación de su búsqueda inmobiliaria) se puede discernir en este grupo un segmento muy específico: aquel 14% de buscadores que habitaban en un entorno urbano y han rastreado su refugio en una periferia, un porcentaje inalterable respecto al año anterior.
Sus razones abarcan, en cuatro de cada diez casos (39%, siete puntos menos que el 46% registrado el año previo), la cacería de un oasis más sereno. La intención de hallar precios más afables (31%), la búsqueda de terrazas o jardines (30%), o el anhelo de una mejor calidad de vida (28%) son otros de los argumentos que ganan terreno.
No obstante, es necesario matizar este panorama, ya que el mercado de alquiler y propiedad opera bajo dinámicas diferentes. En el primero, solo un 12% de demandantes pretende dar el salto de la ciudad a la periferia, mientras que en el segundo, ese porcentaje asciende al 16%.
Y esto se refleja también en su valoración de las motivaciones para el cambio: la importancia de casi todos los factores es mucho mayor entre los demandantes de vivienda en propiedad (hasta un 45% de ellos anhela una vida más tranquila) que entre aquellos que buscan un alquiler. La única excepción es el costo de vida y las relaciones sociales, aspectos más significativos para los inquilinos que se trasladan de la ciudad a la periferia que para aquellos que buscan un hogar en propiedad.
Los jóvenes optan por comprar en la periferia de las grandes urbes
Al analizar las tendencias desde una perspectiva generacional, aparecen diferencias notables. En ese sentido, la inclinación por adquirir en la periferia se hace más visible en el grupo más joven: en el rango de 25 a 34 años, el porcentaje de buscadores que escudriñan en la periferia de las urbes importantes alcanza el 26%, en contraste con el más modesto 14% que adopta esta elección entre compradores (o posibles compradores) de 55 a 75 años. No obstante, este segmento senior muestra igual interés por comprar en el corazón de la ciudad que cualquier otro rango de edad: un 23% (frente al 15% del año previo).
En el rango de 45 a 54 años, ha ocurrido un desplazamiento en la demanda de compra desde las zonas rurales (del 29% en 2022 al 21% en 2023) hacia las capitales provinciales (del 22% hace un año al 29% en 2023).
En lo que respecta al mercado de alquiler, se mantiene la tendencia del protagonismo de los jóvenes en la demanda de periferia y, en general, en todas las localizaciones, ya que aquellos menores de 35 años tienen mayor preponderancia en el arrendamiento. La única excepción a este patrón son las ubicaciones cercanas a la costa, donde los alquileres estacionales o de vacaciones encuentran mayor participación entre los mayores de 35 años.
Diferencias por comunidades autónomas
Estas relaciones entre lugar de residencia y zonas de búsqueda de vivienda también tienen una dimensión territorial. Madrid muestra porcentajes de demanda en los grandes centros urbanos, capitales de provincia y periferias que superan ampliamente a otras regiones. Sin embargo, debido a razones evidentes, las búsquedas en zonas rurales o costeras son menos significativas. En Cataluña, los porcentajes son más moderados, aunque el alquiler destaca especialmente en la demanda en grandes centros urbanos y capitales de provincia. Mientras tanto, en las zonas costeras, rurales y periferias, el alquiler cobra mayor protagonismo.
En Andalucía, el punto focal se encuentra en ese 40% de demandantes de alquiler que buscan casa en una capital de provincia, superando a cualquier otra comunidad autónoma y situándose once puntos por encima de la demanda de compra en estas ciudades. Además, las zonas costeras (con aproximadamente uno de cada cinco demandantes de compra o alquiler) tienen relevancia.
Por último, en la Comunidad Valenciana, los porcentajes de demanda de alquiler superan a los de compra en todas las ubicaciones en general. La excepción, con una diferencia significativa de doce puntos porcentuales, son las zonas rurales: un 29% de los demandantes de compra busca en esta ubicación, mientras que solo el 17% de los demandantes de alquiler lo hace.
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