La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y el presidente de Argentina, Alberto Ángel Fernández, han sido los encargados de firmar este memorando de entendimiento en materia energética en el marco de la cumbre entre la UE y los países de América Latina y el Caribe, un encuentro que no se celebraba desde hacía ocho años y que ha impulsado la presidencia española del Consejo.
"Es un paso importante en el despliegue de la Agenda de Inversión Global Gateway de la UE y nos ayudará a alcanzar nuestros objetivos en materia de clima y energía", ha destacado Von der Leyen.
El memorando tiene el objetivo de promover las energías renovables y la eficiencia energética, así como el uso del hidrógeno y sus derivados en aplicaciones como los procesos industriales, el transporte y el almacenamiento de energía.
Se trata de uno de los acuerdos que recoge la agenda del programa Global Gateway y que asciende a una inversión de 45.000 millones de euros por parte de la UE en iniciativas energéticas y climáticas al otro lado del Atlántico en el marco de la estrategia europea para encontrar socios "fiables" que le ayuden a alejarse de la dependencia de otros como China.
No obstante, la UE quiere que estos acuerdos funcionen como un 'quid pro quo' del que puedan beneficiarse ambas partes, que se han comprometido también a esforzarse por reducir las fugas de metano en la cadena de suministro de gas fósil al máximo nivel técnicamente viable.
Además, examinarán de forma conjunta nuevas tecnologías para reducir la liberación de metano por vías como la ventilación o la quema en antorcha, y trabajarán para integrar el metano recuperado en la cadena de suministro con el fin de reducir las emisiones nocivas y aumentar, al mismo tiempo, la eficiencia de la cadena de suministro de gas natural. Todo ello, con el objetivo de contribuir a alcanzar los objetivos climáticos y a aumentar la seguridad del suministro energético.
El acuerdo subraya también la necesidad de garantizar que las futuras inversiones en proyectos o actividades prometedores cumplan la legislación medioambiental pertinente de ambas partes y tengan en cuenta las preocupaciones sobre la degradación de la biodiversidad, además de garantizar la protección, conservación y restauración de los sistemas hídricos y los ecosistemas relacionados con el agua.