En esta edición, en análisis se ha elaborado a partir de una encuesta realizada a 350 mujeres en situación de desempleo que están superando un proceso de violencia de género, y buscan activamente trabajo como un paso imprescindible hacia su independencia y recuperación.
Estas son las principales conclusiones:
La situación de desempleo genera ausencia de recursos y dependencia económica de la persona agresora, conduciendo a un 80% de las mujeres víctimas a la inacción.
Por detrás, un 77,3% admite dificultades para denunciar por “miedo a represalias”, seguidas de un 75,7% que manifiesta dependencia emocional y/o afectiva; un 65,1% que señala “vergüenza a la hora de reconocer las situaciones que ha tolerado” y un 54,1,1% que tiene temor a no ser creída. Por último, un 48,6% expresa miedo a perder la custodia de sus hijos y un 27% alude a la inseguridad jurídica.
No obstante, en los últimos años las denuncias por violencia de género han experimentado un notable crecimiento. El pasado año, el aumento de denuncias por violencia de género estuvo presente en todas las regiones de España. A nivel nacional han crecido un 9,5% y en Cataluña a un nivel similar (8,4%).
Por provincias catalanas, Barcelona es la que registra un mayor volumen de denuncias (67,2%), seguida de Tarragona (12,9%); Girona (11,9%) y Lleida (7,9%).
Los principales obstáculos que encuentran las mujeres víctimas para afrontar la búsqueda de empleo son la inseguridad y la falta de autoestima (64,9%), el temor a ser localizadas por la persona agresora en el puesto de trabajo (48,6%), la incompatibilidad de horarios para hacer frente a sus responsabilidades familiares (43,5%), la ausencia de medios digitales para buscar trabajo (27%) y el desconocimiento a la hora de definir una estrategia de búsqueda de empleo (21,1%).
El 72,7% prefiere no mencionar la situación de violencia de género en las entrevistas de trabajo, “por si pudiera perjudicarle” debido a prejuicios que siguen asociando a las mujeres víctimas con personalidades inseguras, dependientes o conflictivas.
El 96,9% de las mujeres víctimas en desempleo encuentra algún tipo de dificultad para llegar a fin de mes y un 64,2% se plantea trabajar en la economía sumergida o irregular, ante la urgencia de ingresos económicos.
“El empleo se convierte en el elemento por excelencia para que las mujeres víctimas de la violencia de género recuperen el control de sus vidas a través de independencia económica, autoestima y una mayor red de apoyo”, destaca Begoña Bravo, directora de Inclusión de la Fundación Adecco.