Ante el crecimiento de los dispositivos conectados, las organizaciones se enfrentan al reto de procesar los datos que producen sus dispositivos, lo que se traduce en la otra gran tendencia del sector tecnológico: el Cloud-Out to Edge.
La evolución de las tecnologías conectadas está redefiniendo la forma en la que operan las empresas. No hay duda de que el auge de los dispositivos conectados y el potencial de la interacción entre máquinas está impulsando la innovación y la agilidad empresarial. Desde ERNI, firma suiza de software especializada en soluciones deep tech, explican que tecnologías como el Internet of Things o el Edge Computing han dejado de ser una tendencia y se han convertido en un pilar para crear nuevos modelos de negocio de muchas empresas.
Alberto Martín, director de Innovación y Tecnología, explica que “muchas compañías han identificado el valor que aportan los dispositivos conectados a sus modelos de negocio y productos”. Desde ERNI, se trabaja desarrollando soluciones de software en el sector salud, ingeniería y robótica.
Actualmente, se estima que el número de dispositivos conectados en todo el mundo asciende hasta los 17.000 millones, y se prevé que esta cifra se acerque a los 30.000 millones en 2030, según datos de Statista, lo que representará el 75% del total de todos los dispositivos a nivel mundial.
¿Y qué pasa con todos los datos que generan los dispositivos?
Ahora bien, ante el crecimiento de los dispositivos conectados y la necesidad de procesar datos en tiempo real, las organizaciones se enfrentan al reto de procesar los datos que producen sus dispositivos, lo que se traduce en la otra gran tendencia del sector tecnológico: el Cloud-Out to Edge. Este término describe un cambio en la ubicación del procesamiento y almacenamiento de datos de la nube al Edge Computing.
“Tradicionalmente, la mayoría de los datos se procesaban en la nube, pero ahora, parte de ese proceso se realiza en los propios dispositivos, sin necesidad de enviar toda la información a la nube, lo que ayuda a mejorar la velocidad y eficiencia del procesamiento de los datos en aplicaciones que requieren respuestas rápidas y en tiempo real”, explica Martín.
En la industria sanitaria, el Edge Computing puede aplicarse en cirugías asistidas por robots, donde la latencia debe ser cero, ya que un viaje de ida y vuelta de una gran cantidad de datos a la nube sería poco práctico. En este caso, el robot puede procesar los datos localmente y así conseguir respuestas más rápidas y eficientes.
En el ámbito industrial, el Edge Computing facilita predecir cuándo va a fallar una máquina o un componente, lo que permite a los operarios realizar el mantenimiento o sustituir una pieza antes de que se produzca el fallo. Como consecuencia, se ahorran costes y errores que podrían afectar gravemente a la precisión, seguridad y eficiencia del proceso de producción.
Y es que se estima que el mercado de Edge Computing crezca en torno a un 16% anual en los próximos 5 años, con un valor previsto de 111.300 millones de dólares en 2028.